El otro día estábamos viendo a Trotalibros, uno de nuestros booktubers favoritos, e hizo un Book Tag que nos gustó mucho. Resulta que la idea no fue cosecha propia, sino que la sacó de otro booktuber: Victorian Spirit, a quien nosotras descubrimos gracias a todo este festival de libros, y que nos encanta.
Así pues, hemos decidido aportar nuestro granito de arena y hacer nosotras también el Book Tag Victoriano que, aunque parte de los acontecimientos más importantes de esta época, incluye toda clase de libros. ¡Vamos allá!
1. La reina Victoria - Un libro con más de 1.000 páginas.
Uy, por los pelos. Me acabo de dar cuenta de que no leo muchos libros con 1.000 páginas. Será porque no me gusta nada tipo Dan Brown...¿? Pero, entonces me ha venido a la cabeza un libro bastante reciente y lo he comprobado. 1.004 páginas. ¡Justo, justo!
Tan poca vida, de Hanya Yanagihara, publicado en castellano por Lumen, se convirtió en un must del 2015. Vaya que que leerlo sí o sí. Aunque ya me quede algo lejos, cuando pienso en ese libro, me viene a la cabeza la sensación de angustia que transmitían los personajes y de los asfixiante que puede ser la soledad en pleno Manhattan.
Esta historia de cuatro amigos que dura décadas y en el que cada uno va luchando, como puede, contra sus propios fantasmas no es un libro perfecto, pero contiene mucha vida –o, mejor dicho– muchas vidas.
2. El ferrocarril - Un libro que te conectó con alguien.
Aquí me quedo, sin dudarlo, con Solterona, de Kate Bolick, de la editorial Malpaso. Este fue el primer libro que leí en el Club de Lectura Feminista en Barcelona, organizado por la Tribu, y en aquél momento coordinado por la poeta mallorquina Maria Antònia Massanet. Fue una experiencia (casi) religiosa para mi; quizás no tanto por el libro -que estaba bien, pero no es uno de los mejores que he leído-, pero sí por la tertulia que hicimos nosotras, por la sororidad que generamos durante ese curso y el siguiente, y por la sensación de empoderamiento que sentía cada vez que asistía al club de lectura.
Tanto es así, que nunca me he desvinculado de los clubs de lectura feministas, e incluso ahora que vivo en Girona estoy dinamizando uno en la Llibreria 22, que me ha llevado a conocer a mujeres (porque hombres de momento no se ha apuntado ninguno) increíbles.
Así pues, este libro no me conectó a una sola persona, sino a muchísimas, y también me llevó a muchas experiencias, vivencias y oportunidades surgidas gracias al club de lectura feminista.
3. El imperio británico - Un libro exótico.
El primer libro que me vino a la cabeza con esta definición, seguramente no se adhiera a lo que a la mayoría nos viene a la cabeza cuando pensamos en algo exótico: cocos, palmeras y playas tropicales, ¿no? Como mínimo esas son las imágenes que relaciono yo con todo lo exótico.
Pero, para llevar la contraria, el primer libro en el que pensé yo, es uno donde en lugar de fruta tropical, sol, y mucho verde hay vodka, hielo y soledad. Este libro es La vida simple, de Sylvain Tesson, de la editorial Alfaguara. Ya hace un tiempo que me leí este libro, y es uno de esos que mientras lo leía no me marcó especialmente, pero al que he vuelto innumerables veces desde entonces, y en mi opinión eso lo convierte en un buen libro.
En él, Tesson nos cuenta los seis meses que pasó aislado del mundo, en una cabaña de madera cerca del lago Baikal, acompañado de libros, puros y vodka. Una inmersión en el alma de uno mismo que algunos hemos podido experimentar también durante este confinamiento...
4. La guerra de Crimea - Un libro con un conflicto bélico.
No podía faltar en esta (ni en ninguna, creo) lista mi autora favorita, así que aquí voy a decir La señora Dalloway, de Virginia Woolf, de la editorial Debolsillo. A pesar de que no hay un conflicto bélico que sea muy presente, es más que latente el efecto de la Primera Guerra Mundial, sobretodo en el personaje de Septimus, que podríamos decir que es una especie de alter ego de Virginia Woolf en esta novela.
Septimus un ex-soldado que, después de la guerra, ha vuelto a Londres, donde se supone que debería retomar su "vida normal". Pero después de todo lo que ha vivido en la guerra, incluyendo la muerte de compañeros, está pasando por una depresión, o lo que hoy en día sería seguramente diagnosticado como un trastorno de estrés postraumático. Así pues, a pesar de que no hay un conflicto bélico ocurriendo abiertamente durante la novela, sí que podemos ver sus consecuencias en uno de sus personajes.
Si queréis saber un poco más sobre Virginia Woolf, no os perdáis nuestro podcast!
5. Jack el Destripador - Un libro con un final abierto.
Esta categoría me ha costado un poco. La verdad es que frecuentemente, a no ser que sea muy decepcionante, el final de los libros es una de las partes que menos queda grabada en mi mente. Me quedo más con el inicio, seguramente, y con los personajes, sobretodo.
Al final he recurrido a mis últimas lecturas, y he recordado que Boulder, de Eva Baltasar, publicado en catalán por Club Editor, tiene un final abierto, (igual que su primer libro, Permagel, o Permafrost en castellano).
No diré más, porque no quiero estropearos el libro, y porque al final, leer a Baltasar es leer poesía en prosa, y lo importante no es el qué, sino el cómo.
6. El príncipe Alberto - Un libro con un amor trágico.
Seguramente uno de los últimos libros más recientes que me he leído con un amor trágico, de los que te hace sufrir es Con la miel en los labios, de Esther Tusquets, de la editorial Anagrama. (Sí, Con la miel en los labios es un libro, no solo una canción de Aitana...).
Este libro, ambientado en la Barcelona posfranquista, analiza las relaciones entre un grupo de universitarios que se reúnen cada día en el bar de la facultad para tener sus profundas discusiones intelectuales. Entre este grupo destaca Inés, una chica lista, responsable, sensata e interesante de familia burguesa acomodada. Y luego está Andrea, la outsider, una chica guapísima, de la gauche divine, a la que tanto ellos como ellas miran con una mezcla de deseo, envidia y curiosidad. Inés y Andrea pronto empiezan una amistad, que no tarda en convertirse en una relación amorosa y, por qué no decirlo, tóxica y dependiente.
Este libro me pareció una joya, los personajes eran tan verosímiles, tan reales, (y tan parecidos a gente que he conocido en mis años de universidad, sobretodo algunos de los más "densos"), que es imposible no conectar con ellos, sobretodo con ellas, con las dos protagonistas, tan frágiles y tan fuertes a la vez.
7. Charles Darwin - Una saga que mejora con cada entrega.
No soy muy de sagas, la verdad. Ni en libros, ni tampoco en series. Mi problema es que no tengo ni la suficiente memoria, ni paciencia para ellas; soy más de engullir todo el contenido tan de prisa como puedo, sin largas y tediosas esperas. Por ejemplo, si acabo una serie estando apasionadísima y emocionadísima por la siguiente temporada y me encuentro con que tengo que esperar un año (como mínimo) para los próximos episodios, cuando estos llegan ya he olvidado los personajes, las tramas, y me da pereza volver a engancharme.
Aún así, apurando, sí que a veces leo segundas partes (y quizás en alguna ocasión hasta terceras). Es el caso, por ejemplo, de Los testamentos, de la editorial Salamandra; un libro que leí hace poco, y que es la segunda parte del ya famoso Cuento de la criada, de Margaret Atwood. En mi opinión este es uno de los casos en que la segunda parte me pareció mejor incluso que la primera. No voy a decir mucho más, porque ya hice la reseña de este libro; solo que segundas partes -en ocasiones- pueden llegar a ser buenas.
8. East End - Un libro que explora los bajos fondos.
Como ya os hemos contado en algún post anterior, estamos suscritas a Bookish - si aún no lo conocéis, os recomendamos que entréis en su web, si sóis amantes de los libros (supongo que sí, por eso estáis aquí ¿no?) os encantará-. Este libro en cuestión nos llegó a través de ellos, aunque seguro que os sonará porque desde que lo leí lo he visto en todas las librerías. Estoy hablando de Mis últimos 10 minutos y 38 segundos en este extraño mundo, de Elif Shafak, publicado por Lumen. Vaya tela con el titulito, ¿eh?
Resulta que, según estudios científicos, cuando morimos (o cuando nuestro corazón deja de bombear sangre y dejamos de respirar, lo que es conocido como la muerte clínica), el cerebro sigue activo durante un lapso de tiempo que puede ir desde unos pocos segundos hasta 10 minutos y 38 segundos -el máximo registrado-. Así pues, sin hacer spoilers os puedo avanzar que esta es la historia de una mujer que muere, y cuyos recuerdos, sentimientos, miedos, tristezas y hasta alguna alegría se le pasan por la cabeza durante esos últimos minutos.
Nuestra protagonista es Tequila Leila, una mujer nacida en un pueblecito de Turquía, que escapó de casa y que vive (o muere) en Istanbul. Leila ha tenido que salir adelante como ha podido, básicamente ejerciendo la prostitución y algún que otro negocio turbio, por lo que es una experta conocedora de los bajos fondos de su ciudad.
9. Opio en láudano - Un libro que engancha.
Si tengo debilidad por algún género de libros, tengo que confesar que es por los policíacos. Cuando quiero un libro que me enganche, de esos que consigue mantener mi atención al 100%, hasta cuando no lo estoy leyendo, suelo recurrir a ellos.
Hay que decir, pero, que con una buena trama no es suficiente, claro que no. Sí, en una novela negra es muy importante que la historia sea buena, que haya giros inesperados, y que te sorprendan hasta la última página; pero hace falta, también, que un libro esté bien escrito, sino no consigue engancharme.
Uno de los autores que consigue engancharme con cada cosa que leo, es Sir Arthur Conan Doyle, con su afamado detective, Sherlock Holmes. No sé decir cual de sus historias recomendaría; tiene cuentos breves, relatos medianos y alguna novela más larga. Quizás, si tuviera que elegir, me quedaría con Las aventuras de Sherlock Holmes, publicado por Alianza, un compendio de algunos de sus cuentos más reconocidos.
Me parece increíble que Conan Doyle consiga siempre dar un giro inesperado al final de cada historia, a través de su peculiar y observador protagonista. Que después de todo lo que escribió, no se repitiera, y que el lector, a pesar de haber leído muchas de sus obras, no sea capaz de anticipar el final, es una proeza que admiro increíblemente.
10. William Turner - Un libro muy atmosférico.
Para esta categoría voy a barrer para casa, y me quedaré con el libro de un conocido autor catalán: El quadern gris, de Josep Pla, publicado en catalán por Grup 62, y en castellano por Ediciones Destino. Aunque supongo que la mayoría le conoceréis, no sé si lo habréis leído, pero os prometo que no exagero si digo que Pla es el rey de la ambientación. Puede estar tres páginas describiendo un paraje natural que le haya fascinado, o los detalles de una estancia en concreto de una casa.
Josep Pla era un bon vivant con una sensibilidad extraordinaria. Tanto que leerle es como transportarse a l'Empordà de principios del siglo XX automáticamente. Sus tertúlias en el café, sus noches de juerga y sus despertares al mediodía... Básicamente, uno lee a Pla no por lo que cuenta, que también es interesante,sino sobretodo, por como lo cuenta.
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